Exigente visita a Coria para despedir un año inolvidable
La RSD Alcalá se desplazará hasta Coria para disputar el último compromiso del año 2025, un encuentro que servirá para medir el crecimiento del equipo lejos del Municipal del Val y cerrar un año cargado de emociones. Los de Vivar Dorado llegan a esta cita tras una victoria de prestigio el pasado fin de semana frente al Real Madrid C, un triunfo que reforzó la moral del vestuario y confirmó el buen momento de forma del conjunto rojillo.
La RSD Alcalá se desplazará hasta Coria para disputar el último compromiso del año 2025, un encuentro que servirá para medir el crecimiento del equipo lejos del Municipal del Val y cerrar un año cargado de emociones. Los de Vivar Dorado llegan a esta cita tras una victoria de prestigio el pasado fin de semana frente al Real Madrid C, un triunfo que reforzó la moral del vestuario y confirmó el buen momento de forma del conjunto rojillo.
El objetivo para este encuentro es claro: seguir dando pasos adelante como visitante y demostrar que el equipo también es competitivo fuera de casa. La RSD Alcalá quiere aprovechar la inercia positiva con la que afronta este tramo de la temporada para seguir sumando y consolidar su identidad de juego.
Enfrente estará un Coria que se ha mostrado muy sólido a lo largo del curso y que actualmente ocupa la tercera posición en la clasificación. El conjunto extremeño viene de empatar 1-1 ante el Ilicitano, un resultado que no empaña su buen rendimiento y que refleja la dificultad que supone puntuar ante un rival bien organizado y con las ideas claras. En su feudo, el Coria buscará imponer su ritmo y cerrar el año con una victoria ante su afición.
A pesar de la exigencia del rival, la RSD Alcalá afronta el choque con una actitud positiva y la ambición de terminar el año de la mejor manera posible. El buen trabajo colectivo, la confianza acumulada y el deseo de seguir creciendo convierten este partido en una oportunidad ideal para poner el broche de oro a un año inolvidable para la entidad alcalaína.
Escrito por: Ainhoa Riofrío
Fotografía: Víctor García