El Alcalá domina, golpea y convence en un empate con sabor a victoria
La mañana en el Municipal de El Val amaneció con fútbol del bueno, la RSD Alcalá recibía al CD Guadalajara en su tercer compromiso de pretemporada. Dos equipos con el orgullo reciente de un ascenso: los rojillos, a Segunda RFEF; los alcarreños, a Primera RFEF. Sobre el césped, un duelo que prometía intensidad y buen juego… y no defraudó.

La mañana en el Municipal de El Val amaneció con fútbol del bueno, la RSD Alcalá recibía al CD Guadalajara en su tercer compromiso de pretemporada. Dos equipos con el orgullo reciente de un ascenso: los rojillos, a Segunda RFEF; los alcarreños, a Primera RFEF. Sobre el césped, un duelo que prometía intensidad y buen juego… y no defraudó.
Desde el pitido inicial, el Alcalá impuso su ley. Ritmo alto, presión valiente y balón al pie para mandar en la mañana complutense. La primera gran ocasión llegó en el minuto 13: Arribas, con un taconazo de categoría, filtró un pase a Borja Sánchez, que remató con decisión desde dentro del área, pero el portero visitante frustro el intento.
El dominio rojillo continuó y, al 30’, Borja centró con precisión para Álvaro Portero. Cuando la grada ya cantaba el gol, apareció la defensa morada para despejar. El descanso llegó sin movimiento en el marcador, pero con la sensación clara de que el Alcalá estaba marcando el ritmo.
Tras el paso por vestuarios llegaron las rotaciones: Edu Viaña, Dani Marín, Marco y David López saltaron al campo por De Castro, Chete, Dani Nieto y Álvaro Portero. El impacto fue inmediato. Minuto 46: Borja Sánchez encaró al portero en un mano a mano y, con la serenidad de los que saben definir, cruzó el balón al segundo palo para firmar el 1-0.
El segundo llegó en el 61’, en una jugada de estrategia: córner de Javi Hernández y cabezazo certero de David López para el 2-0. El Val sonreía al sol, pero el Guadalajara no se rindió. En el 67’ recortó distancias y, apenas tres minutos después, logró empatar.
El empate no frenó el ímpetu rojillo. El Alcalá continuó buscando el gol de la victoria, con presión alta y llegadas constantes, pero el marcador ya no se movió. El 2-2 final dejó un sabor dulce: el equipo compitió de igual a igual frente a un rival de categoría superior, mostró carácter, y dejó patente que la pretemporada está construyendo un bloque sólido y ambicioso.
Este tercer amistoso confirma la línea ascendente del equipo. El Alcalá no solo genera ocasiones, sino que demuestra que puede dominar y plantar cara a equipos de mayor categoría. La conexión entre veteranos y nuevos fichajes empieza a dar frutos, y el compromiso colectivo se nota en cada acción.
La vista ya está puesta en el siguiente reto: el Atlético de Madrid C. Una nueva prueba de nivel para seguir puliendo detalles, afinar la puntería y alimentar la ilusión de una temporada que promete emociones fuertes en El Val.
Escrito por: Ainhoa Riofrío